domingo, 8 de diciembre de 2013

Microvecino (Barcelona by day)

Cuando el vecino despertó, su calle no existía. Todos se habían mudado. Avenidas sin nombre convivían con un ruido desconcertante. Un autobús vacío pasó por delante suyo. Los bares de café barato cerraban, mientras gentes extrañas en pantalón corto paseaban por allí en pleno invierno. "Este sol me va a matar- se decía su poco curtida piel de turista aventajado- dame un respiro, por Dios, dueño mío, anglosajón incansable". El vecino no entendía casi nada. Ya no estaba allí.

1 comentario:

  1. En cambio cuando yo desperté fui al bar de siempre y todo era idéntico: la misma máquina tragaperras, la misma tele escupiendo fútbol, el mismo olor a frito... pero algo había cambiado. Me di cuenta después, cuando el propietario me devolvió el cambio y ya no era él, sino un chino.

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