Hay palabras que nos acompañan
se convierten en secretos para siempre
La persona soñaba que el sol le calentaba los brazos, mientras dormía abrigada, en la cabaña, rodeada de esperanzas
El hombre miraba al infinito, parecía querer decirnos en voz baja que aquello ya no merecía la pena. El hombre en el puente, dió la vuelta y regresó
Las letras serpentean alrededor de nuestros espíritus, y nos recuerdan lo que fuimos, nos recuerdan los veranos de la infancia
El librero estaba preocupado por el olor del papel
Aquello debía de ser abordado con celeridad. Ya no olía el papel, ya no faltaba espacio en la última estantería.
Tenía que poner en marcha el plan